Mi papá nació en 1901, así que estaba muy chiquito cuando los hermanos Wright, hicieron su primer vuelo en ese avioncito que parecía de juguete en 1903. Posteriormente, vio en DC3, el DC6, y el Convair 990, el avión en que yo, su hija, se paseaba como tripulante de APSA. Mi padre llegó a ver al primer hombre que puso la NASA en la luna. Lo que quiere decir que, en su vida, mi papá vió todos los adelantos del mundo en lo que respecta a la aviación.
Yo, que acabo de cumplir 82 años, al pensar en los adelantos he visto en mi vida, puedo decir que aunque no han sido “adelantos”, han sido los cambios en la moda de las mujeres durante mi vida. Empezaré con la moda cuando era adolecente, de la moda infantil sólo me acuerdo de los vestiditos preciosos que mi mamá nos compraba y nos hacia, y los mandilitos con bobos en los hombros que parecíamos maripositas volando en un jardín.
Cuando era una adolecente, me acuerdo que usabamos las faldas debajo de la rodilla, a mitad de la pantorrilla, ese era el largo de nuestros uniformes azules de APSA. por cierto, debo decir que era un uniforme sobrio, con su blusa blanca, y para el frio un regio abrigo azul de lana que nos compraban en Buenos Aires. Llevabamos un sombrerito igualito a los que llevaban las tripulantes de Panagra, pero nosotras, en el frio, le dimos un toquecito de coqueteria, poniendonos una pañoleta blanca encima del sombrero, que nos hacia francamente lindas (aunque no lo fueramos). Cuando nos cambiaron de uniforme y nos pusieron el uniforme rosado con sombrero de ñusta, nos hicieron una de las tripulaciones que más miraba la gente, y claro las faldas subieron arriba de las rodillas. Personalmente me quedé con mi falda debajo de la rodilla, porque nunca me han gustado mis rodillas, me hacian acordar del programa de radio que se llamaba “Loquibambia” donde había un personaje que se llamaba “La dodilluda”, asi que no queria ser como ese personaje.
Al parecer en esos años los modistos de Paris, sacaban algo nuevo y todas las mujeres del mundo lo seguiamos, por ejemplo el peinado “Bombé” o unos vestidos que eran como unas bolsas que estuvieron muy de moda, y todas tuvimos aunque sea uno de esos vestidos. Ahora felizmente ya no nos manejan, y nos dejan ponernos lo que nos da la gana, faldas largas, o cortas, pantalones, cualquier cosa, somos libres. Sólo que algunas mujeres se pasan, por ejemplo en California es muy común ver señoras comprando en el supermercado en pijama, ¡Francamente se pasaron.
En cuanto a máquinas, las únicas que he usados son las máquinas de escribir. Cuando estudiaba secretariado, la máquina donde aprendi mecanografía, era manual, luego cuando empecé a trabajar en la General Motors, mi máquina era otra manual, como trabajaba para el Depto. de Suministros, tenia dos, una normal y la otra, cuyo carro era del tamaño de mis brazos abiertos, era para hacer las listas de los repuestos que la empresa necesitaba tener en inventario para los carros que vendiamos. Mis amigos Eric y Oscar eran los que llevaban el control del kardex. Eran increiblemente eficientes, lo que hacian, era el trabajo más importante para que la planta siempre pudiera mantener su producción. Asi que a fin de mes me daban una lista enorme, con números de serie, modelos y descripciones. La primera vez que me dieron la lista, casi me desmayo, ¡habia aprendido a usar una máquina normal y hacer cartitas, pero nadie me había dado nunca una lista tan grande y mucho menos con tantos números! Pero, como una buena empleada, me puse ha trabajar en ella, me tomó dos días terminarla, cuando se las entregue a mis amigos para que la revisaran, porque todo tenia que estar perfecto, no tuve ningún error, por fin pude respirar tranquila, los dos días que me pasé haciéndo la bendita lista yo era una saco de nervios. Luego entre a volar en APSA y no volví a ver una máquina de escribir hasta que me fuí a vivir a Venezuela. A los 3 días de estar en Caracas, me encontré un trabajo de secretaria bilingüe, y mi máquina era una Selectric, trabaje 13 años en la empresa, rodeada de la gente mas increíble del mundo, que se convirtió en mi querida familia todos esos años. Cuando me fui de la empresa para venir a California, me habian comprado una máquina IBM, con memoria, que debió ser la precursora de la computadora, tenia una pantallita donde yo leía lo que escribía, corregía si tenia un error, y cuando creia que estaba lista, la imprimia. Esa máquina me hizo la secretaria mas trome del mundo, cuando teníamos que hacer cartas repetitivas, me podía hacer 50 en un ratito, solo cambiaba las direcciones y listo. Cuando vine a trabajar en Los Angeles, nuevamente empecé con una Selectric, pero un dia nos pusieron a todos computadoras, asi que mi trabajo se hizo mas facil.
Otra máquina que he tenido es un teléfono celular. Mi hija me compro un Nokia, chiquito, recibía llamadas y hacia llamadas, facilisimo. Este telefono era para mantenernos, mi hija y yo en contacto, para cualquier problema que tuvieramos, nunca le dimos a nadie el número de mi teléfono. Un dia mi Nokia murió, cuando vino mi hija le dije “ tenemos que llevar mi teléfono a arreglar porque está “muerto”, y mi hija sacó de su cartera una caja, y me dijo “perdóname mami, yo te cambié tu teléfono por este que es más moderno”. Me enoje mucho con ella, que me cambie mi teléfono sin consultarme. Menudo problema, mi telefono me odia, y yo a el, hace de todo, creo que si lo programan hasta me podria cocinar unos tallarines, pero no lo entiendo. Lo unico que me sale bien es tomar fotos con el. Asi que esa es la historia que he tenido con las máquinas.
Total, haciendo mi inventario, he llegado a la conclusión que yo también he visto y he vivido muchas cosas que han inventado en mi tiempo y me doy cuenta que antigua que soy, que hasta, probablemente huelo a naftalina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario