sábado, 30 de octubre de 2021

Las casas que nadie quiere

 Como siempre sigo mirando programas en la TV interesantes, anoche vi uno en la TV japonesa, sobre las casas que nadie quiere.  Estas son casas de viejitos que viven solos y mueren solos, dijeron que al año mueren alrededor de 26,000 viejitos , de los cuales casi 10,000 se suicidan agobiados por la soledad y abandono en que viven. 


Muchas veces, los vecinos saben que hay un muerto cerca, cuando empiezan a oler a muerto, entonces llaman a la policía y estos entran a  ver que pasa y se encuentran que el habitante de esa casa estaba muerto desde hace varios días, quizás semanas. 


Para estas casas,  donde ha muerto una persona, hay agentes de ventas especiales. Generalmente, la gente no quiere ni mirar las casas donde alguien se murió. Piensan que son casas que traen mala suerte, quizás hasta que tienen fantasmas, asi que nadie las quiere.  Ni siquiera los parientes quieren esas casas y prefieren venderlas de inmediato y no saber más de ellas. Entonces los agentes de ventas de estas casas que nadie quiere, entran, botan todo su contenido, lavan las paredes, las pintan y finalmente van a un templo cercano para que envíen a un monje y las bendiga.  Aun asi, tienen que avisarle a la parte interesada que allí murió alguien.


Enseñaron la casa de una mujer cuyo esposo había muerto 40 años atrás, y la señora había vivido solita por 40 largos años más, aparentemente tenia familia, pero nadie la visitaba, ni ella visitaba a nadie. Finalmente, la pobre señora se suicidó.  Sus familiares, dijeron que no la visitaban porque ella muy difícil de tratar y que poco a poco se había distanciado de ellos. Aparentemente, la señora era una buena ama de casa, su cabecita ha debido estar bien hasta el ultimo momento de su vida, porque su casa estaba bien limpia, ordenada.   Luego enseñaron la casa de un señor que estaba retirado de su empleo desde hacia muchos años, yo no lo podía creer, su  casa era un basurero, la única superficie limpia de basura era su cama, el resto eran bolsas de plástico llenas de  cosas, libros y periódicos acumulados por todas partes. Ese señor estoy segura ya no estaba bien de su cabeza, los vecinos se dieron cuenta que ya no salia asi que llamaron a la policía y lo encontraron muerto “de hacia varios dias”.


No puedo creer que un país tan avanzado como Japón, no existan asilos para ancianos, de manera que ellos vivan acompañados de gente de su misma edad,, donde puedan encontrar amistades entre ellos,  donde hay gente que los cuide y se preocupe por ellos.  Yo entiendo que cuando llegamos a viejos nos ponemos tercos, malgeniados, quizás no por que somos viejos, sino porque la vejez nos da achaques, nos hace difíciles, quizás estamos con principios de  demencia (que es lo que tenia mi mamita). Pero eso no quiere decir,  que no los querramos igual, o quizás más, porque se ponen como niñitos chiquitos, a los que hay que cuidar y proteger, del mundo y de si mismos.


Mi mamá no sabia que quienes la cuidabamos  eramos sus hijas Pochi y Elsa, una vez me pregunto, ¿tu eres mi mamá?” y le dije con un nudo en la garganta “si, yo soy tu mamá”, pensando que ella perdió a mi abuelita al nacer, y nunca tuvo una mamá, o alguien que  se le pareciera. Ella creció como una niña/pelota, que iba de casa en casa, primero a la casa de la tia Maria que la amamento de bebita porque justo la tia Maria tenia una bebita un mes mayor que ella. asi que amamantaba a las dos  chiquitas.  Mi mami siempre la llamó “mamita”.  Sin embargo, habia mucha controversia en la familia, mi abuelito se quedó viudo con 6 hijos, contando a mi mamá bebita, su hermana cuando se quedó viuda con dos hijos,había regresado a la casa de sus padres, que siguiendo las costumbres de esa época, su hermano, mi abuelito, tuvo que mantenerla a ella y a sus hijos.  Había otra hermana que nunca se había casado, asi que a ella tambien la mantenía mi abuelito.  Tanta era la mala situación de mi pobre abuelito, que tenia 3 trabajos, se levantaba en las madrugadas e iba al mercado donde era carnicero. Luego regresaba a su casa y se bañaba y se iba a la ferretería donde trabajaba hasta que cerraban y de allí se iba a un restaurant donde servia mesas. Tenia 3 trabajos y aun asi eran pobres.  Cuando mi mamá tenia como  6 añitos, la tia Maria la mandó a su casa con su papá, entonces la tia viuda trataba a mi mami como a una Cenicienta”, todo lo bueno era para su hija y para mi mamá nada. Como ella, para ayudarse,  era costurera, su hija tenia juguetes, trajes, clases de piano, inglés y pintura, “porque se iba casar con un diplomático que le llevaria a California”. La prima iba a colegio de monjas y mi mami al colegio fiscal.   


Asi que yo me convertí en la mamá de mi mamá para recompensarla de lo mal que le fué cuando ella era chiquita, y creanme que la quise como si de verdad fuera su mamá, no había nada que no pudiera hacer por mi madre, la llevaba al baño, la lavaba, la peinaba, la ponía linda toda limpiecita.  Mi mami convencida que yo era su mamá me decía “mamá” y yo iba enseguida a ver que necesitaba.  La llevaba al doctor,y a la iglesia para que se confiese y comulgue (no se que se  podría confesar, si ella era la madre más  buena del mundo).


Por todo esto, no puedo ni siquiera pensar que alguien muera viejito, o viejita, solos, No puedo pensar que alguien no le rece a su pariente que esta muriendo y no lo acompañe hasta su último suspiro.  Quizas por cristianos pensamos diferente, quizas por costumbres tambien somos diferentes, pero el amor hacia nuestros prójimos debería ser universal, un solo sentimiento de amor y caridad.  Quizas yo soy la que no entiende, ¡vaya usted a saber!


sábado, 23 de octubre de 2021

Mis aventuras imaginarias

Hace poquito, una de mis amigas puso la foto de una máquina de coser antigua y nos pregunto si nos acordabamos de ellas. Yo si me acuerdo de la máquina de coser de mi mamita, en ella nos hacia preciosos vestiditos que nosotras luciamos orgullosamente.  Sin embargo la máquina de coser de mi mami tambien era un carro. Yo solia sentarme debajo de ella y manejaba la rueda como si fuera un timón y me paseaba por todas las calles de Lima en mi imaginación. Y no es que conociera nada de la gran Lima, si me hubiera salido a la calle tan chiquita, me hubiera perdido, pero para mi imaginación, yo era una gran chofer y conocia toda Lima.


A veces mi hermana Mali quería jugar conmigo, entonces mi carro se convertía en taxi, ella se sentaba detrás de mi y la llevaba a todas partes, al parque, a la playa de Agua Dulce, a visitar a mi Tia Graciela. Y mis tarifas eran super baratas, no importaba hasta donde llevaba a mi hermana siempre mi taxi la cobraba “Un Sol”..  Muchas veces mi hermana Mali se enojaba porque ella también queria manejar mi Taxi, a  veces yo la dejaba y  cuando ella empezaba con su RUMMM, RUMMM, yo le gritaba, :Señor esta yendo muy rápido”, y ella seguia corriendo con su RUMMMMM RUMMMMM. Estoy segura que alguna vez chocamos contra un árbol, y entonces estabamos todas heridas y nos poniamos trapos en la cabeza, los brazos o las piernas para curar nuestras heridas.   


Que maravillosa es la niñez, nuestra imaginación volaba a millón, como una vez que fuimos al  cine y vimos a Tarzan pelear contra un león.  En ese entonces nuestros vecinos tenian un perrote negro, que era mansito y sin embargo le habian puesto nada menos que el  nombre de “Satanas” tan bello perro, nos queria tanto, que cuando nos mudamos de Chosica a Los Platanos, el venia y se quedaba con nosotros varios dias, hasta que se cansaba y se iba a su  casa. Pués ese perro amoroso se convirtió en león luego que vimos esa pelicula de Tarzan, y claro como era super mansito, nunca nos hubiera atacado como un león, pero asi y todo jugabamos con el,  con un palito amarrado con una pita en un extremo (que era nuestro látigo) y estoy segura que cuando jugabamos asi, estábamos en medio de la selva africana, nunca tuvimos una mona  Chita (aunque mi hermana Elsa que era la más chiquita, hubiera sido una excelente Chita, jajajaj).


También jugabamos a los maquillajes, entonces nos haciamos uñas y nos pegábamos pétalos de geranios en las uñas (con salivita nomas). Con esos mismos pétalos nos pintábamos “chapas” y parecíamos unas payasas, pero que lindas nos sentíamos, en nuestra imaginación eramos como reinas del carnaval de Lima..  Aveces jugábamos a las mamás y cuidamos a nuestras muñecas, en esos juegos nos llamábamos “señoras”. Nos poníamos los zapatos de mi mami, y envolvíamos a nuestras muñequitas en paños del baño, y salimos a pasear al “parque” imaginario de nuestro jardín. Hablábamos de las enfermedades de nuestras muñequitas, de las toses y de los mocos que tenían, y nos recomendamos remedios como “leche de magnesia” ó “mentholatum” que probablemente eran los únicos nombres que sabiamos.


Una vez jugando con nuestros  vecinitos, dos chicos de nuestra edad, hicimos un concurso de radio, en el cual todos teníamos que cantar, pero como nos daba vergüenza cantar delante de nosotros mismos. Lucho se fué a su casa y trajo una olla, que todos usamos en nuestra cabeza para cantar en el concurso. Creo que Lucho  ganó el concurso porque cantó un vals criollo y se sabia toda la letra completa, mientras nosotros cantamos a medias porque no sabiamos ningún canto completo con letra y todo (creo que lo  único que sabiamos completo era el himno nacional y alguno que otro canto de las misas) .  Aqui debo confesar que a mi me gustaba Lucho, teniamos 11 años ambos, creo que probablemente yo era precoz.  Siempre me he acordado de Lucho, nunca lo vi de grande, nos mandaron al internado en Texas, y cuando regresamos, mis padres habian vendido nuestra casa de Los Platanos y habian comprado nuestra casa de Miraflores.


Como  verán, si algo tengo que agradecer de mi vida, es que tuve una niñez divertida, llena de aventuras imaginarias, pero aventuras igual.

 

domingo, 17 de octubre de 2021

¿De que raza eres>

¿De que raza eres? Esa es una pregunta que nunca me hicieron cuando vivía en Perú, sin embargo me la hacen a cada rato desde que vivo en los Estados Unidos. Seguramente se les hace dificil verme y luego saber que mi apellido es Carcovich. Yo siempre he dicho que yo soy como esos perritos chuscos que andan sueltos, muchos sin dueño, en las calles limeñas. Por mis venas corre un sin numero de razas todas mezcladas dentro de mi, todas esas razas han contribuido a como me veo como persona, algunas de ellas, por ejemplo, ganaron a las otras razas dentro de mi, en el color de mis ojos y mi pelo, otra ganó al darme pelo crespo, en lugar de lacio, y asi entre todas ellas contribuyeron a crear a esta mujer, que no es ni alta ni baja, que siempre ha sido media gordita y que nunca ha sido una belleza, ni una luminaria en ciencias, sea simplemente una persona común.
Que yo sepa, mis antepasados de parte de mi madre eran judios sefarditas expulsados de España, pero no se si eran de parte de mi abuelita o de mi abuelito, sin embargo, eran de raza blanca porque mis dos abuelos de parte de mi mamá eran blancos, pero siendo de provincia, estoy segura que tengo sangre india. De parte de mi papá, sus abuelos paternos vinieron de Croacia y probablemente eran blancos con ojos azules, Cuando yo era chica conocí al tio de mi papá se llamaba Pílares y me acuerdo que tenia sus ojitos azules. Estoy segura tambien, que mis abuelos croatas, se casaron son peruanas y por alli seguramente tambien tengo sangre india. De parte de la mamá de mi papá, que se apellidaba Pardo Figueroa, sé que eran una familia ilustre que vinieron de España. asi que probablemente eran blancos, pero mi abuelita era morena de pelo crespo, por lo que determino, que a traves de los años, alguna persona se casó con una persona india y quizas otro tuvo una esposa negra y yo. como una de sus descendientes, sali morenita con pelo crespo, la verdad es que no lo sé y ni me importa, soy su descendiente y a mucha honra llevo las sangres de todos ellos.
Escribo este tema de las razas, porque hoy salió un artículo super interesante en el diario “Los Angeles Time”, resulta que en Puerto Rico, el número de habitantes de raza blanca del censo del año 2010 eran 2.8 millones de gente blanca, ahora después de 10 años, en el censo del 2020, hay 560,592 blancos. Y no es que se hayan ido de la isla, ni se hayan muerto, es que los puertorriqueños han decidido, que no son blancos, de acuerdo al “standard” de USA, y que tampoco son negros, asi que se ha apuntado como de otras razas. Lo más chistoso de todo es que muchos han escrito, como su raza, “puertorriqueños”, otros han escrito “Latino”, otros “Hispanic” otros han dejado en blanco el espacio de su raza, otros se han identificado como de la “raza humana”, otros como “descendiente de africanos”, pero las respuestas que mas risa me dán es que son de “raza normal”.y “me llevo bien con todo el mundo”
Los antropólogos dicen que, a partir del huracán “Maria” que tuvieron recientemente, que hizo terribles daños a sus ciudades y a sus servicios públicos, los cuales hasta ahora siguen sin arreglar, se han dado cuenta que los Estados Unidos los consideran una raza inferior que no vale la pena que los ayuden, asi que les ha dado rabia y han decidido boicotear el censo dando las respuestas que les da la gana.
Ahora, queda esperar al censo del 2030 y ver como responden los portorriqueños. Mientras tanto a mi me encanta Puerto Rico y su gente.
Una vez fuimos mi hermana Elsa y yo con nuestras chiquitas, a pasar una semana de vacaciones a San Juan, nos. paseamos lindo, nos quedamos encantadas con las casas viejas del Viejo San Juan, que las han reconstruido con sus patios de piedra o azulejos. Nuestras hijas gozaron de la playa, estabamos felices mojandonos como patos en la orilla del mar. Cuando se acabo nuestra semana, mi hermana y su hija se fueron de regreso a Lima, y yo me vine a Los Angeles. Me tome un taxi para ir al aeropuerto y el chofer, un señor mayor, me pregunto de donde eramos y empezamos a conversar. Cuando llegamos al aeropuerto, le pague, y mi hija y yo nos fuimos para hacer la cola, de pronto ví al chofer del taxi quien y se nos acercó. Le pregunte “¿Pasa algo, me he olvidado de algo? Y me contesto con una sonrisa, “Oh, no, sólo pensé que ustedes se iban y nadie las ha venido a despedir, asi que estacioné mi carro y he venido a despedirlas”. El chofer nos acompaño hasta la sala de salida al avión, se despidió dandome un abrazo y tocandole la cabecita a mi hija le dijo “adios niñita”. Desde ese dia, Puerto Rico tiene un pedacito de mi corazón.
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viernes, 15 de octubre de 2021

Los adelantos de mi tiempo

Mi papá nació en 1901, así que estaba muy chiquito cuando los hermanos Wright, hicieron su primer vuelo en ese avioncito que parecía de juguete en 1903. Posteriormente, vio en DC3, el DC6, y el Convair 990, el avión en que yo, su hija, se paseaba como tripulante de APSA. Mi padre llegó a ver al primer hombre que puso la NASA en la luna. Lo que quiere decir que, en su vida, mi papá vió todos los adelantos del mundo en lo que respecta a la aviación.
Yo, que acabo de cumplir 82 años, al pensar en los adelantos he visto en mi vida, puedo decir que aunque no han sido “adelantos”, han sido los cambios en la moda de las mujeres durante mi vida. Empezaré con la moda cuando era adolecente, de la moda infantil sólo me acuerdo de los vestiditos preciosos que mi mamá nos compraba y nos hacia, y los mandilitos con bobos en los hombros que parecíamos maripositas volando en un jardín.
Cuando era una adolecente, me acuerdo que usabamos las faldas debajo de la rodilla, a mitad de la pantorrilla, ese era el largo de nuestros uniformes azules de APSA. por cierto, debo decir que era un uniforme sobrio, con su blusa blanca, y para el frio un regio abrigo azul de lana que nos compraban en Buenos Aires. Llevabamos un sombrerito igualito a los que llevaban las tripulantes de Panagra, pero nosotras, en el frio, le dimos un toquecito de coqueteria, poniendonos una pañoleta blanca encima del sombrero, que nos hacia francamente lindas (aunque no lo fueramos). Cuando nos cambiaron de uniforme y nos pusieron el uniforme rosado con sombrero de ñusta, nos hicieron una de las tripulaciones que más miraba la gente, y claro las faldas subieron arriba de las rodillas. Personalmente me quedé con mi falda debajo de la rodilla, porque nunca me han gustado mis rodillas, me hacian acordar del programa de radio que se llamaba “Loquibambia” donde había un personaje que se llamaba “La dodilluda”, asi que no queria ser como ese personaje.
Al parecer en esos años los modistos de Paris, sacaban algo nuevo y todas las mujeres del mundo lo seguiamos, por ejemplo el peinado “Bombé” o unos vestidos que eran como unas bolsas que estuvieron muy de moda, y todas tuvimos aunque sea uno de esos vestidos. Ahora felizmente ya no nos manejan, y nos dejan ponernos lo que nos da la gana, faldas largas, o cortas, pantalones, cualquier cosa, somos libres. Sólo que algunas mujeres se pasan, por ejemplo en California es muy común ver señoras comprando en el supermercado en pijama, ¡Francamente se pasaron.
En cuanto a máquinas, las únicas que he usados son las máquinas de escribir. Cuando estudiaba secretariado, la máquina donde aprendi mecanografía, era manual, luego cuando empecé a trabajar en la General Motors, mi máquina era otra manual, como trabajaba para el Depto. de Suministros, tenia dos, una normal y la otra, cuyo carro era del tamaño de mis brazos abiertos, era para hacer las listas de los repuestos que la empresa necesitaba tener en inventario para los carros que vendiamos. Mis amigos Eric y Oscar eran los que llevaban el control del kardex. Eran increiblemente eficientes, lo que hacian, era el trabajo más importante para que la planta siempre pudiera mantener su producción. Asi que a fin de mes me daban una lista enorme, con números de serie, modelos y descripciones. La primera vez que me dieron la lista, casi me desmayo, ¡habia aprendido a usar una máquina normal y hacer cartitas, pero nadie me había dado nunca una lista tan grande y mucho menos con tantos números! Pero, como una buena empleada, me puse ha trabajar en ella, me tomó dos días terminarla, cuando se las entregue a mis amigos para que la revisaran, porque todo tenia que estar perfecto, no tuve ningún error, por fin pude respirar tranquila, los dos días que me pasé haciéndo la bendita lista yo era una saco de nervios. Luego entre a volar en APSA y no volví a ver una máquina de escribir hasta que me fuí a vivir a Venezuela. A los 3 días de estar en Caracas, me encontré un trabajo de secretaria bilingüe, y mi máquina era una Selectric, trabaje 13 años en la empresa, rodeada de la gente mas increíble del mundo, que se convirtió en mi querida familia todos esos años. Cuando me fui de la empresa para venir a California, me habian comprado una máquina IBM, con memoria, que debió ser la precursora de la computadora, tenia una pantallita donde yo leía lo que escribía, corregía si tenia un error, y cuando creia que estaba lista, la imprimia. Esa máquina me hizo la secretaria mas trome del mundo, cuando teníamos que hacer cartas repetitivas, me podía hacer 50 en un ratito, solo cambiaba las direcciones y listo. Cuando vine a trabajar en Los Angeles, nuevamente empecé con una Selectric, pero un dia nos pusieron a todos computadoras, asi que mi trabajo se hizo mas facil.
Otra máquina que he tenido es un teléfono celular. Mi hija me compro un Nokia, chiquito, recibía llamadas y hacia llamadas, facilisimo. Este telefono era para mantenernos, mi hija y yo en contacto, para cualquier problema que tuvieramos, nunca le dimos a nadie el número de mi teléfono. Un dia mi Nokia murió, cuando vino mi hija le dije “ tenemos que llevar mi teléfono a arreglar porque está “muerto”, y mi hija sacó de su cartera una caja, y me dijo “perdóname mami, yo te cambié tu teléfono por este que es más moderno”. Me enoje mucho con ella, que me cambie mi teléfono sin consultarme. Menudo problema, mi telefono me odia, y yo a el, hace de todo, creo que si lo programan hasta me podria cocinar unos tallarines, pero no lo entiendo. Lo unico que me sale bien es tomar fotos con el. Asi que esa es la historia que he tenido con las máquinas.
Total, haciendo mi inventario, he llegado a la conclusión que yo también he visto y he vivido muchas cosas que han inventado en mi tiempo y me doy cuenta que antigua que soy, que hasta, probablemente huelo a naftalina.