Cuando era chica en las reuniones de familia en nuestra casa, llevabamos una mesita de la sala con nuestro tocadiscos o aveces tambien moviamos el piano desde la sala hasta el patio. Nuestro patio era un sitio muy especial, el piso era de locetas rojas y tenia una segunda escalera al segundo piso, que era al aire libre. Mi mami tenia sus macetas de geranios adornando esa escalera asi que recuerdo que se veia bien bonita.
Luego del almuerzo o de la cena mis padres y mis tios y tias, bailaban, y claro nosotros los chicos tambien bailabamos. Cuando mi papa tocaba el piano nosotros lo veiamos tocar y no bailabamos. Mi papa nunca aprendio a tocar el piano, el nos conto que cuando era chico, como de 6 anos, veia a su hermana, mi tia Raquel, tomar sus clases de piano, las cuales el veia paradito junto al piano. Una noche se desperto y se dijo asimismo, “yo se tocar piano” y se fue a la sala a oscura a tocar el piano, y si toco. Esa noche desperto a todo el mundo con su musica, y todos en pijama vieron que mi papa sabia tocar piano sin haber aprendido ninguna nota. Desde ese dia mi papa podia tocar cualquier musica, de puro oido. Asi que cuando eramos chicas lo vimos tocar valses criollos, polcas, boleros y paso-dobles, musica americana, lo que fuera, el sabia tocarla.
Dos generaciones despues, mi hermanita y mi sobrinita, quisieron aprender guitarra y les tomaron un profesor que venia todas las semanas a ensenarles, mi sobrino Elito, al igual que su abuelito cuando era chico, se sentaba a ver las clases de las chicas. Una tarde, mi hermana y su esposo escucharon una musica en guitarra que sonaba increible, se dijeron a si mismos, esa debe ser una de las chicas tocando, que bien que estan tocando y fueron a ver quien era la chica que estaba tocando y quien era? Era Elito, que al igual que el abuelito, aprendio a tocar guitarra con solo ver las clases. Demas esta contarles que la tia Raquel aprendio piano, pero no le interesaba mucho la musica, y mi hermania y mi sobrina tampoco avanzaron mucho tocando guitarra, en cambio mi papa y mi sobrino siguieron tocando su piano y su guitarra para toda la vida.
En nuestra reuniones familiares, yo chiquita (7 anos mas o menos) me di cuenta que mientras todos bailaban un vals, o una polquita, hablaban y se reian, pero cuando bailaban un tango lo hacian tan serios y tan formales, y no hablaban, por lo que, en mi cabecita de nina, pensaba que los tangos eran musica seria. Y aun siendo pequena, no dejaba de admirar la precision del tango, y lo elegante que se veian mis padres o mis tios y tias bailandolo.
Cuando volaba a Buenos Aires, una vez, con mis amigas, fuimos a ver un espectaculo de tangos, que lindo bailaban, que elegancia, una vez mas admiraba la seriedad que los bailarines ponian en su baile. Yo que creci escuchando tangos toda mi vida, porque a mi mama, le encantaban los tangos y se compraba un monton de cancioneros con letras de tangos, que luego cantaba mientras hacia sus tareas de la casa. Inconcientemente me volvi hincha de los tangos, a tal extremo que en un viaje a Buenos Aires, nos fuimos mis amigas y yo al Cementerio de Chacarita, para ponerle flores a la tumba de Carlos Gardel.
No sabia cuanto me gustaban los tangos, hasta que un dia en una tienda de discos, escuche un tango extraordinario, la musica mas sensual que yo he escuchado en mi vida, le pregunte al muchacho que vendia los discos, que disco es ese? Es Yoyo Ma con Astor Piazzolla, deme uno, le pedi y me lo compre, camino a casa lo escuche en mi carro, no podia creer que habia una musica tan increible, cuando llegue a mi casa me meti en la computadra a ver quien era Astro Piazzolla.
Astor Piazzolla crecio en Nueva York, su papa le regalo un bandoneon cuando era chiquito y cuando era un adolecente ya era un virtuoso de ese instrumento, cuando Carlos Gardel fue a Nueva York, escucho a Astor Piazzolla y lo contrato para que toque el bandoneon en su orquesta, el papa de Astor no le dio permiso porque solo tenia 17 anos, tambien le salvo la vida porque al regreso harian un concierto en Bogota y ahi fue donde el avion donde iba Gardel y su orquesta se incendio en la pista del aeropuerto de Bogota muriendo todo el grupo.
Piazzolla regreso a Buenos Aires y muy pronto todas las orquestas de Argentina se lo peleaban porque era un virtuso del bandoneon. Sin embargo, Piazzolla queria componer musica, un buen dia hizo un tango y a la gente no le gusto, como se atrevia a cambiar al humilde tango a uno de concierto (si le hubieran dicho esto a George Gershwin por haber convertido el humilde “blue” de Nueva Orleans en su concierto “Rapsody in Blue” no existiria su fabulosa musica basada toda en la musica norteamericana), asi que desilusionado porque como dice el dicho “nadie es profeta en su tierra”, se fue a Paris a estudiar composicion y arreglos con Nadia Boulanger que no solo fue su profesora sino tambien su consejera musical. Asi siguio componiendo su fabulosos tangos tan sensuales y sofisticados, y dio un concierto en Paris, donde la gente no se canso de aplaudirlo.
De la noche a la manana se convirtio en un musico de fama internacional, recibio muchisimos premios por su musica y sus increibles arreglos.
Demas esta decir que cuando regreso a Buenos Aires, el y su musica fueron acogidos con aplausos, recibio miles de homenajes (hasta le pusieron su nombre al Aeropuerto Internacional de Mar de Plata). Piazzolla regreso a Paris, lleno de fama y siguio componiendo su bellisima y sensual musica, hasta que le dio un ataque celebral, que lo mantuvo inconsciente casi dos anos, tras los cuales murio. Toda una vida tratando de ser reconocido por su arte y cuando por fin lo consiguio, murio, que ironia del destino.
Generalmente nunca me lamento de cosas que no ha hecho o no tengo, sin embargo lamento no haber sabido nada del Maestro Piazzolla cuando volaba a Buenos Aires, si solo hubiera sabido de el y su incredible musica, lo hubiera buscado donde se estuviera presentando para escucharlo tocar su fabuloso bandoneon, quizas hasta hubiera tomado clases de bailar tango para darme el gusto de imitar a mis padres, que bailaban tan serios el tango cuando yo era chica. Pensar que viaje de tres a cuatro veces al mes a Buenos Aires, durante 7 anos, y nunca supe de el. Esa es otra ironia del destino.
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