El otro dia vi en la TV los Premios del Country Music, esta música era la favorita de mi cuñada Sue, que en paz descanse, ella había nacido en el Estado de Georgia y siempre que yo visitaba a mi hermano y a ella, la música country”siempre estaba tocando en la radio. De allí mi afición a esa música, que te cuenta una historia en cada canto, y claro está, también mi admiración por sus cantantes que son tan especiales.
En el show que presentaron, entre premio y actuaciones, salió una chica negrita, de unos 14 años, a quien su afro llamaba mucho la atención en el colegio, asi que la habían suspendido por 3 dias, esta historia por alguna razón salió en un periodico, y una compositora “country” leyó la historia y le hizo un canto,que cantaron 3 jovenes, negras también, con unos afros enormes. Lo que me trajo a la mente mi historia de “dolor y tragedia” por haber nacido con mi pelito crespo.
Mi madre me contaba que yo nací pelada, a los 3-4 meses ya tenia una pelusita en la cabeza, y a los 78-8 meses mi cabeza parecía una canastita de rulitos (palabras de mi madre, no mías). “Eras tan linda, que tu tia Otilia venia a buscarte para llevarte al parque porque te parecías a Shirley Temple y todo el mundo tenía que hacer contigo”. No me acuerdo de nada porque era muy chiquita, en ese entonces lo único que me interesaba probablemente era que me den mi tetita, me cambien el pañal y el dedo gordo de mi mano derecha que me chupaba cuando probablemente estaba aburrida y preocupada pensando quien seria Shirley Temple. La cosa es que mi dedo gordo me acompaño hasta los 7 años y por supuesto, el primer dientecito que se me cayó, le dejó su sitio a otro diente permanente que salio chueco porque de tanto chuparme el dedo gordo lo desvié y hasta ahora tengo mi diente chueco.
Cuando mi mami se enfermo, el doctor le recomendó paz y tranquilidad, asi que a mi hermana Mali y a mi nos pusieron internas en el colegio Beata Imelda de Chosica, solo quedaron en casa mi hermano Ivan, que ya tenia 13 años y nunca le dió problemas a nadie, y mi hermana Elsa que tenia 3 años y era la que mas necesitaba a mi mami. No lo sabia, pero de parecerme por mi pelo a Shirley Temple, al llegar al internado pasé a ser “Gladys la Martir” y todo por que tenia el pelo crespo. Mientras mi mami en casa peinaba a 3 chicas, la madre Rosbita peinaba todas las mañanitas, probablemente 20 chicas de 7 a 9 años, asi que cuando le tocaba peinarme, la madre Rosbita agarraba su peine (¡SU PEINE, ni siquiera era un cepillo de pelo, era un peine!). Y mi pelito crespo que se había enredado mientras dormía,, se veia arrancado desde la raíz, y cuando terminaba la madre conmigo, tenia en su peine una madeja de mis pelos, que los sacaba del peine y los botaba en el basurero, para empezar con proxima víctima.
Sólo Dios sabe cuanto sufria cuando me peinaban, siempre que me peinaban me decía a mi misma, “le voy a decir a mi mami y a mi papá que me corten el pelo cortito para que nadie tenga que peinarme” pero cuando saliamos, los,sábados a medio dia, y llegabamos a nuestra casa, ya se me habia olvidado esa gran idea y recién el domingo, en la carretera a Chosica, me acordaba, pero ya era tarde, entonces me preparaba para sufrir otra semana más.
Para colmos de los colmos, un dia en el recreo una de las chicas se me acercó y agarrandome dos de mi rulos, empezo a gritar “le estoy sacando lecha a la vaca” y me apretaba mis rulos como si fueran las tetitas de la vaca. Y entonces otras chicas vinieron e hicieron lo mismo con mis otros rulos.. Quería llorar de la vergüenza, pero como soy super terca, no les di el gusto. Ese sábado si le dije a mi mami que me cortara el pelo, “¿porque?, pregunto mi mami, si tus rulitos son tan lindos”, asi que le conte lo de las tetitas de la vaca, y lo que me hacia llorar la madre Rosbita, cuando me peinaba, asi que me dijo que no me iba a cortar el pelo, pero que me iba a enseñar a tener una cola de caballo como la de mi hermana Mali. Y asi fué como el domingo llegue al colegio con mi cola de caballo crespa y ya sabia como peinarme yo sola, con las liguitas que me compró mi mami y mi cepillo de pelo, con el cual me estiraba mi cola, ¡Yupi estaba lista!.
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