Esta es una traducción de un artículo publicado en el dia de hoy en Los Angeles Times, escrita por Elliot Hester:
Soy un Auxiliar de Cabina para una linea aérea de los Estados Unidos. Perdidas catastróficas relativas a la pandemia del Covid-19 ha forzado a que más de 8,100 de nosotros Auxiliares de Vuelo hayamos quedado cesantes (hasta nuevo aviso). Esto se debe a que los $5.8 billones que nos prestó el gobierno bajo el Acto Cares para contrarrestar el Covid19 se ha acabadó.
A cambio por este préstamo de soporte, firmado por las líneas aéreas en marzo 27, las aéreolíneas aprobaron no dejar cesante a nadie hasta el 1ro. de octubre. Para esa fecha los dueños de las lineas aéreas y el gobierno creian que el peligro del Covid-19 ya habría pasado y que el tráfico de pasajeros estaría restablecido de una forma más robusta. Pues bien, eso no ha ocurrido.
Hasta que el Congreso no apruebe un segundo préstamo del Acto Cares en el cual habíia provisiones de ayuda para que la industria aérea no deje sin trabajo a sus empleados, el problema sigue vigente. (Hasta esta fecha, no ha pasado ningún nuevo Acto de ayuda, porque desgraciadamente no hay acuerdo bipartidario, aunque se corren las voces que habrá un acuerdo posiblemente pronto).
A parte de los tripulaciones de auxiliares de cabina, también unos 1,600 pilotos en mi linea aérea han quedado cesantes, así como 2,225 empleados de la flota de servicios, y 1,275 empleados al servicio de pasajeros y cientos más empleados de mantenimiento, y despacho y otros grupos de trabajos.
Adicionalmente 12,500 empleados han preferido tomar su retiro adelantado, y otros 11,000 han pidido un permiso de ausencia, extendido hasta que sea posible llamarlos a que regresen a trabajar..
El número de estos empleos perdidos son increibles, porque detras de ellos hay personas reales, algunas de ellas con las cuales, quizas, he volado sólo un dia, sin embargo no puedo olvidarme de ellos.
Aveces he trabajado con gente que conozco hace años, ocasionalmente he trabajado con extraños, pero dentro de nuestros rangos, esos extraños no se quedan extraños por mucho tiempo y aunque recién nos hemos conocido, terminamos el vuelo siendo amigos.
Hay una camaradería instantanea entre los auxiliares de vuelo, es palpable el nivel de confianza que sentimos al usar el mismo uniforme y trabajar para nuestra línea aérea. La afinidad de las tripulaciones hace que muchas veces, dependiendo de vuelos que estamos haciendo y los pasajeros en nuestras cabinas, sirvamos hasta unas 16 horas. Y cuando nuestros vuelos aterrizan ya sea en Kansas City ó Londres ó Sao Paulo, terminemos siendo los guias turisticos de nuestra tripulación, asi como consejeros de seguridad y compañeros de mesa de nuestras tripulaciones, como si fueramos una familia lejos de su casa.
Hace poco conocí a una chica de mi tripulación que se llama Anna, en un vuelo de Fort Lauderdale, Florida hasta Dallas. Ella estaba llena de entusiasmo, y se notaba su amistosa personalidad al recibir a nuestros pasajeros como si fueran los invitados a su casa. Cuando ella les decia “Buenos dias” y “ Bienvenidos”, o Espero que tengan un vuelo inolvidable” era como si ella les estuviera cantando una canción de alguna pelicula de Disney.
Luego que completamos el servicio de bebidas, Anna y yo nos retiramos a la cocina y empezamos a conversar. Debo decir que ella era sorpresivamente cándida, aun para ser una auxiliar de cabina. Pero su sonrisa muy pronto se perdió, ella habia estado volando 5 años y mi estimado era que mas o menos estaría ganando unos $35,000 por año. Ella vivia en una pequeño apartamento. Si hubiera estado viviendo sola o con dos amigas, quizás su dinero le hubiera alcanzado, Pero el arreglo de vida de Anna si que era problemático.
Ella compartia su pequeño apartamento con 3 personas más, su novio, quien había perdido su trabajo en un restaurante, su hermano, un adolecente que tenia problemas de drogas y tampoco tenia prospectos de un empleo, y finalmente tambien vivia con su mamá que tenia cancer y que gracias a que Anna tenia seguro médico podia ayudarla a pagar su quimioterapia. Anna pagaba todos los gastos de sus medicinas. Anna además pagaba los gastos del mercado para que todos puedan comer y los gastos de luz, gas, etc. además del “plan familiar” de los 4 teléfonos que tenían.y por supuesto, Anna pagaba la renta del departamento.
Y ahora se enfrentaba con los despidos, determinados por el tiempo que tenemos en la línea aérea, es decir la ultima que fue contratada, es la primera que será despedida. Anna está entre los 8,100 auxiliares de vuelo que serán despedidos. El único consuelo que tiene Anna, es que la empresa seguirá pagandole su seguro médico por dos años más. Eso será para Anna y su mamá un regalo de Dios.
Ahora mi esperanza es que la quimioterapia de la mamá de Anna funcione, que su novio consiga un trabajo rápido, y que su hermano entre en un programa de rehabilitación y que finalmente Ana encuentre un trabajo temporal hasta que el Covid19 pase y que nuestros pasajeros vuelvan a volar con nosotros como lo hacian antes, de manera que todos nosotros seamos llamados de vuelta a trabajar en los meses, y quizas años, que vienen.
Mientras tanto, debo contarles que las noticias no son muy buenas para todas las Annas que estan buscando trabajo.
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