Tomasita era una jovencita delgadita, muy "petit", tenia 15 años y parecia que tenia 12, se salió de la escuela apenas terminó la primaria. Sus padres eran pobres y ella queria ayudarles. Asi que luego de hacer innumerables trabajitos, aqui y allá, se encontró que habia juntado nada menos que 50.00 bolívares. Durante la cena les pregunto a sus padres, ¿que podria ella hacer para ganar dinero?, la pregunta justo la hizo cuando su mamá le estaba sirviendo café a su papá, a lo que su papá le contesto, "vende café, todos los venezolanos tomamos café todo el día, el marrón, el guayoyo, el guarapo, el cortado, miles de nombres para las diferentes formas de preparar un café".
Su papá tenía razón, compraría café para venderlo, asi que al día siguiente se fué para la tienda de café en el mercado y compró nada menos que 10 kilos de café, luego se fué al abasto de los papás de su amiga Elvira, y les pidio que le vendieran unas bolsitas de papel de un cuarto de kilo y medio kilo, y la dejaran pesar sus bolsitas una vez estuvieron llenas de café para estar segura que lo que iba a vender llevaba el peso indicado. Ese día vendió toda su mercancia y duplicó su dinero, y asi que se compró una pequeña pesa, que llevó a su casa, para asegurarse que el peso de su café era el correcto y, fué comprando su café, sus bolsitas, y ganando su dinerito, con el cual ayudaba a sus padres con los gastos de la casa.
A medida que se hacia conocida entre la gente que iba al mercado municipal, donde la conocian como "la chica del café", también se habia hecho amiga de los tenderos en las tiendas donde compraba su café, empezó a reconocer las diferentes clases de café que vendian, también aprendió como era el proceso de tostar el cafe, por ejemplo aprendió que los granos tostados son vendidos según el grado del tueste al que es sometido el café, yendo del tueste canela ligero, al tueste italiano, pasando por el tueste Viena. Los tenderos le decian que el mejor grano es el semi tostado, ya que no es demasiado ligero ni demasiado tostado. Ella no lo sabia entonces, pero se fué convirtiendo, poco a poco, en una conocedora del café, el proceso del tueste y de la combinación de diferentes tipos de café para realzar su sabor y aroma.
Los padres de Tomacita, nunca se imaginaron que su hija fuera tan buena comerciante, no sólo era inteligente, sino también era una comerciante honrada, era super meticulosa pesando sus bolsitas. Por cierto, lo de las bolsita fué una idea innovadora, cuando a ella se le ocurrio que la gente que iba al mercado municipal era gente sencilla, como era ella, y que generalmente no tenia dinero para comprar un kilo de café, nadie vendia medio kilo, ni un cuarto de kilo de café. Haciendo sus paquetitos menores de un kilo, abrió la posibiidad de que la mayoria de sus clientes pobres, pudieran comprar cafe a un precio reducido.
A medida que su clientela crecía, sus canastas, donde llevaba su café el mercado, ya no eran suficientes, asi que se compró un triciclo, y asi pudo tener más existencia de café en sus ventas diarias.
Un día mientras atendia a sus clientes, vio de reojo a un muchacho flaco que la estaba mirando, "que le pasa a eso tonto" pensó. Al final del día (a eso de las 2:30 pm cuando ella tapaba su triciclo para volver a casa, el muchacho flaco se le acercó y le dijo, "te he estado viendo toda la mañana como trabajas, este es un buen negocio, me llamo Bernardo ¿y tu? "yo me llamo Tomasita" contesto ella, "¿y para que me mirabas? "porque eres linda y encima muy buena vendedora, tu crees que el dueño del negocio me daria trabajo a mi, claro con otro triciclo, en cualquier otro lado para no hacerte la competencia" Tomacita se empezo a reir a carcajadas, "¿de que te ries?" le pregunto Bernardo, entre risa y risa le dijo, "yo soy la dueña de este negocio, soy mi propia jefe". "Perdón, le dijo Bernardo, te he visto tan joven, que pensé que tu trabajabas para alguien". "Tomasita escuchaba a Bernardo y sabia que no era venezolano, ¿"De donde eres? hablas raro" le dijo, Bernardo, le contestó "soy de las Islas Canarias, he venido a trabajar con mi tio, pero la verdad es que no me gusta el trabajo, mucho menos trabajar con mi tio". "Apuesto que no te paga, ¿verdad?" dijo Tomasita. Si me paga, pero espera que trabaje todo el dia y a cualquier hora, no me dá descanso, y como vivo en su casa, pues mo me queda más remedio que obedecerle".
"Que pena tu situación, le dijo Tomasita, mientras se subia a su tricilo, tengo que llegar pronto a casa, mi mamá se ponen nerviosa cuando llego tarde. Buena suerte, adios" y salió disparada.
Pasaron varios días y Bernardo volvió al puesto de Tomasita, "hola, le dijo Bernardo, como te ha ido?" Tomasita le dijo "muy bien", con una gran sonrisa. Ella habia estado pensando en el y su situación con su tio, "¿que pasó con tu tio? le preguntó, "sigo batallando con el, contesto Bernardo, mientras tanto ando buscando otro trabajo y otro lado donde mudarme, porque si dejo el trabajo me botará de su casa seguramente". "Pobrecito Bernardo, le dijo Tomasita, creeme que me gustaría ayudarte, pero no sé como, mis padres y yo vivimos en una casita muy humilde, por eso trabajo vendiendo café, para ayudarles con los gastos de la casa. Mientras tanto, aguantate con tu tio, y trata de juntar un poco de dinero quizas más adelante podriamos ver que hacemos, por otro lado, si necesitas una amiga, aqui me tienes, tengo un buen hombro donde puedes apoyarte, debe ser triste no tener a nadie de tu familia contigo (bueno, aparte del tio ogro que tienes)".
Bernardo y Tomasita, se hicieron amigos, ella le pidió permiso a sus papás para que Bernardo venga a su casa a visitarla, los padres dijeron si, y desde ese día, el muchacho venia a visitarles frecuentemente. Un día Bernardo le dijo a Tomasita que se habia enamorado de ella, y le preguntó si ella le correspondería, ella le dijo que si, y se lo contaron a los padres de ella. Los papás, como que ya lo sabian, le habian tomado cariño al joven y aprobaban su relación amorosa.
Una tarde llegó Bernardo a visitar a Tomasita y le contó que habia ahorrado 200 bolivares, que quizas el podría comprarse un triciclo y trabajar con ella vendiendo café." ¿Ya le dijiste a tu tio que vas a dejar el trabajo?" pregunto, "todavia no, porque tengo que conseguir donde vivir primero." le contesto Bernardo. "Vamos a hacer una cosa, dijo Tomasita, primero buscate un sitio donde vivir y luego renuncias. Si todavia te queda dinero, luego de alquilar una habitación, compramos otro triciclo y yo te presto para comprar cafe para tu primera tanda de café". Bernardo consiguió una habitacion cerca de la casa de Tomasita, le alcanzó para comprar un triciclo viejo, que arregló y pinto y casi dejó como nuevo, y Tomasita le prestó para comprar su primer lote de café. Ambos salian de sus casas a las 6:00 de la mañana y regresaban a la casa de Tomasita a eso de las 2:30 de la tarde. Estaban cansados pero felices porque tenian un buen negocio y estaban juntando su dinerito para su boda.
Cuando Bernardo y Tomasita se casaron, alquilaron una casita más grande para poder vivir con los padres de ella, también decidieron hacer su propio café, ¿porque vender el café de otros? mejor comprar café al mayoreo y tostarlo y molerlo ellos mismos. Para hacer su propio café, Tomasita trató diferentes tipos de café, diferentes formas de tueste, fueron horas y horas experimentando, hasta que encontró la formula perfecta de café. El día que salieron con sus triciclos llenos de bolsas de su propia mezcla de café, se persignaron al salir de la casa y se encomendaron al cielo para que les dé la buena suerte. No sólo les fué bien, ¡les fué super bien! Fué tan grande su exito que pudieron alquilarse un local, donde mezclaban su café, lo tostaban y lo envasaban en unas latas rojas con un logotipo blanco y negro. La buena acogida del público, les permitió ampliar su planta procesadora de café. Día a día su cafe se hacia más popular, más famoso, lo que les permitió vender su café en los automercados y abastos a nivel nacional. Bernardo y Tomasita se volvieron ricos, a base de su trabajo y sacrificio. Un día Tomasita le dijo a Bernardo que estaba en cinta, su alegria no tenia límites. Tuvieron una niña, la llamaron Trina, era una bebé preciosa, igualita a su abuelita, morenita de ojos negros, con pelito ondulado, una típica niña venezolana. Tomasita se tomó 6 meses de descanso para quedarse con su niña en casa. Luego al volver al trabajo, su mamá se quedó a cargo de la nieta.
Era una época de buena para Venezuela y para Bernardo y Tomasita, no podian quejarse, todo les iba bien, el único problema que tenian, es que necesitaban gente para que los ayuden con la producción en la planta, y también con las ventas. Bernardo le dijo a Tomasita que ellos podrian traer a sus sobrinos que tenia en Canarias, la idea le parecio buena a Tomasita, y empezaron a llegar los sobrinos de Bernardo, éstos pronto aprendieron el negocio y les ayudaron a agrandar más el negocio. Cuando Trina tenia 6 años, Tomasita volvió a salir en cinta, esta vez tuvo un niño, le nombraron Oscar, era igualito a su padre, de pelo castaño y ojos verdes. Nuevamente Tomasita se quedó en casa con sus niños, ser madre habia sido el sueño de Tomasita, y ahora estaba viviendo, en la vida real, ese sueño con sus dos criaturas. Pasó el tiempo y Tomasita nunca volvió a regresar al negocio, Trina ya iba al colegio, y Oscar empezaba el kinder. Además, pensaba Tomasita, Bernardo tiene la ayuda de sus sobrinos y todo anda bien, ya no me necesitan en el negocio.
El tiempo vuela cuando uno está contento, Trina creció, se casó y se divorció y regreso a la casa de sus padres. Oscar empezó sus estudios de arquitectura en la Universidad Central de Venezuela, un día Bernardo salió para su oficina, y nunca regreso a su casa. La noche que no regreso a casa, Tomasita lo esperó despierta toda la noche, llamó a la fábrica y sólo estaba el guardian. Que angustia para la pobre mujer y esos hijos tan preocupados. Al día siguiente llamaron nuevamente a la oficina, y Bernardo mando decir que "estaba muy ocupado". Nunca les dió una explicación, nisiquiera cuando Oscar fué a buscarlo a pedirle una explicación para su madre. Lo único que le dijo fué, "me canse de vivir allá simplemente". Lo único que sí hacia era enviarle a Tomasita, todos los primeros del mes, un sobre lleno de dinero. Asi mismo, cualquier cosa que se malograba en la casa, Trina sólo tenia que llamar a la oficina de su padre, y éste enviaba a alguien enseguida a arreglar, pintar, cambiar, lo que fuera.
Tomasita espero a su marido más de 30 años, cuando yo la conocí ya era una anciana, una viejecita bien linda que se peinaba su pelo canoso con un moñito atrás. Se vestia modestamente con sus batitas de algodón y unas sandalias a las cuales ella llamaba sus "cholitas" Debo aclarar, que yo fui la novia de Oscar y que la Sra. Tomasita me tomó mucho cariño. Fué Oscar quien me dejó plantada con traje de novia y todo. No lo disculpo, pero aún a los 36 años que tenia cuando me dejó plantada, cada vez que hablaba de su padre decia "cuando mi papá NOS ABANDONO, probablemente el tipo era un traumado. Pero eso no viene al caso. Como me quedé en Venezuela trabajando, siempre visitaba a la Sra. Tomasita, conversabamos mucho, aveces ella me decia, pintame, ponme bonita, a lo mejor hoy regresa Bernardo, y yo la peinaba, y le pintaba la boca con un rosita pálido y le ponia chapitas en la mejilla y ella se ponia contenta.
Un día me llamó Trina, para avisarme que su mamá habia muerto mientras dormia esa noche. Yo le pedí permiso a mi jefe para ir a verla. Cuando llegue a la casa, Trina me llevo al dormitorio de la Sra.Tomasita y allí estaba, acostada de su cama, tapada con una sabana. Trina removió la sabana y pude ver su carita, estaba como dormidita. Luego vinieron los de la funeraria con el feretro y empezaron a armar la capilla para su velorio. Yo regresé a mi oficina con la promesa de regresar luego del trabajo.
Saliendo del trabajo me fuí a mi casa, me puse un traje negro y me fui a la casa de la Sra. Tomasita, cuando llegue, ya habia gente. Habian llegado muchos arreglos florales. El comedor estaba lleno de sandwiches, pasa-palitos (bocaditos en peruano) y dulces, en la cocina habia mozos preparando café, té y bebidas gaseosas, probablemente contratados por Bernardo.
A eso de las ocho de la noche, llegó Bernardo con tres de sus sobrinos, llego en tremendo carro con chofer, estaba elegantemente vestido de negro, lo mismo los sobrinos. Se acerco al ataud, y aparentemente dijo una oración. Yo estaba arriba y pude ver todo desde la baranda de la escalera. Oscar y Trina se le acercaron y lo saludaron con un beso. Luego el empezó a conversar con varias personas. Era como si el "don" de la mafia hubiera entrado a la casa. Todos le rendian pleitecia. Era un viejito arrugado, tenia el pelo blanco. No se le notaba conmovido, yo pensé que estaba allá para mitigar su conciencia. Sólo se quedó una media hora. Algo me molestaba y no sabia que era. Sin embargo, cuando llegue a mi casa, al otro dia, luego del entierro, me dí cuenta que era lo que me molestaba. Bernardo se fué de su casa, porque el habia crecido socialmente, era el magnate, el que se codeaba con los otros millonarios, a lo mejor jugaba golf en La Lagunita Country Club,y era miembro de la Cámara de Comercio, se vestia con trajes de Armani y probablemente su reloj era un Rolex. Mientras tanto, todos los años que la Sra. Tomasita se quedó en casa con sus hijos, ella siguió siendo la misma mujer sencilla, humilde, la chica que dejó sus estudios al terminar la primaria, la que se vestia con batitas de algodón. Recién allí llore, llore por Tomasita, por su amor desperdiciado en un hombre que no la merecia. El era, ahora, el gran señor gracias a ella, quien fué la de la idea, la que hizo la formula del café, la que trabajó hombro con hombro junto a el para salir adelante. Pensamos que cuando uno ama a alguien, generalmente es para toda la vida, en este caso el amor de la Sra. Tomasita duró toda su vida, ¿el amor de Bernardo? ¡Sabe Dios!
Nota:Me acabo de enterar que en el año 2009 Hugo Chávez expropió la procesadora de café "Fama de América, empresa que fundaron Tomasita y Bernardo con tanto trabajo y entusiasmo.
sábado, 25 de noviembre de 2017
viernes, 10 de noviembre de 2017
Mi amiga Hazel y su plantita
Cuando vivia en Caracas, trabajaba para una empresa que hacia transformadores eléctricos, de esos que vemos en los postes en las calles. Cuando empecé a trabajar en esa empresa, que se llamaba "Manufacturas Eléctricas de Venezuela, C.A. (MEVENCA) era una fábrica relativamente pequeña. Esta fábricaba sus transformadores, mediante un acuerdo con la empresa "Allis Chalmers" de Pittsburgh, PA. Nuestra empresa le pagaba a la Allis Chalmers una regalía por cada transformador qee haciamos y vendiamos en Venezuela.
A medida que nuestros transformadoress se hacian conocidos por su buena calidad, nuestros clientes nos compraban más y más unidades, asi que la empresa decidió invertir sus ganancias en una fábrica enorme, con la maquinaria más moderna del mercado. Se compró un terreno en Cúa, Estado Miranda, (como a 2 horas de Caracas, por cierto el camino era precioso, una carretera en medio de unos cerros verdes, lo único que no me gustaba era que a medida que dejabamos Caracas, el calor se hacia insoportable) y así, empezaron la contrución. Para ese entonces, nuestra junta directiva, también decidió, comprarle el "know how" (es decir la tecnologia que habiamos estado usando desde que la empresa empezá a producir sus transformadores), pera hacer nuestros transformadores, completamente venezolanos. Tengo entendido que posteriormente la empresa Allis Chalmers la compró la empresa alemana Siemens, quienes eran nuestros clientes en Venezuela y nos compraban un montón de transformadores.
Ya que ya no teniamos la ayuda tecnica de Allis Chalmers, nuestra empresa contrato como Consultor Técnico, al Sr. Ernie Goodman, Ingeniero Electricista, recien retirado de Allis Chalmers, asi que cuando nos encontrabamos con algún problema, llamabamos al Sr. Goodman y el, que era un experto, nos solucionaba el problema enseguida. Cuando nuestra fábrica estuvo lista, mi jefe, que era el Presidente de la empresa, invitó al Sr. Goodman y su esposa Hazel, a que vengan para la inauguración de la nueva fábrica y ellos vinieron. Asi fué como conocí a mi amiga Hazel. Eran una parejita linda, mayores de edad, Hazel me llevaba como 20 años, pero nos hicimos amigas enseguida. Me acuerdo, que durante el tiempo que estuvieron en Caracas, mientras mi jefe y el Sr. Goodman se iban a la fábrica, mi jefe me encargaba a Hazel y yo feliz, porque me la llevaba a pasear en mi carrito viejo y luego a almorzar en algun lugar rico y terminabamos en mi casa. En ese entonces mi hija era chiquitita é iba a su guarderia de niños desde las 8 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde. Un día Hazel me a compaño a recogerla, y se enamoro de mi hija y mi hija e ella, quizas su instinto de niña le decia que Hazel era una abuelita.
Y asi nos hicimos amigas, Hazel y yo. Cuando me vine a California, seguimos escribiendonos y un día Hazel y Ernie, me dieron la sorpresa y vinieron a Los Angeles a visitarme antes de irse a San Francisco, que alegria verlos nuevamente, me acuerdo que les hice un menú peruano con Causa y Lomo Saltado, y leche asada. La pasamos tan lindo. me contaron que su hijo mayor, que vivia en Texas, se habia casado con una chica que tenia una hijita de un previo matrimonio, Hazel hablaba con tanto orgullo de "su nieta", asi de grande era su corazón. Me contó que, como su nieta era peliroja, le habia cosido un trajecito igualito al de la "Pequeña Annie" que en ese entones se estaba presentado en Broadway y me regalo una fotito de la niña con su vestidito rojo y cuellito blanco, esa niña es ahora una mamá de varios niños. ¡Como pasa la el tiempo!
Un día me llegó una notita de Hazel, avisandome que su esposo habia muerto. Me dió mucha tristeza, sobretodo tamibién, porque sus dos hijos vivian lejos de ella, y ella iba a estar solita todo el tiempo. Gracias a Dios Hazel era bien sociable y siempre me contaba que era miembro de un montón de clubs, uno de era de lectura, otro era de manualiades y siempre se veia con sus amigas. Por cierto una vez me contó, que desde que sus hijos eran chicos e iban al colegio y su esposo estaba en el trabajo, ella aprovechaba la hora dl almuerzo para juntarse con sus amigas, hacer sus compras, en fin, siempre tenia algo que hacer al medio día. Cuando Ernie se retiró del trabajo, entonces ella le tenia que hacerle almuerzo y muchas veces no podia juntarse c on sus amigas y hacer sus compras u otras actividades de medio día. Asi que le dijo a su esposo que tenia algo muy serio que decirle y que por favor no lo tome a mal. Ernie se quedó sorprendido é intrigado de lo que iba a decir Hazel, y ella le dijo "Cuando nos casamos el sacerdote nos dijo que nos casaba de por vida para amarnos en salud y en enfermedad, en riquezao y en pobreza, pero nunca nos dijo "los caso para que esten juntos a la hora del almuerzo, asi que vas a tener que buscarte un amigo ó un "hobbie" y dejarme mi medio día libre, porque esa es la hora que hago mis mandados y también me junto con mis amigas". Me conto Hazel que, Ernie se rió tanto que hasta la dolió la barriga. Asi que desde ese día su esposo se iba con algún amigo o hacia alguna cosa en su taller.
Desde que Hazel se quedó viuda, yo empece a llamarla todos los sábados, primero llamaba a mi amiguita Astrid en Lima, y luego era Hazel. Al menos las acompañaba un ratito por teléfono. ¡Mis queridas amigas!
En Navidad, Hazel y yo cambiabamos regalitos que haciamos nosotras mismas, por ejemplo le tejí una bufanda negra y le puse flecos y mostacillas negras, me quedó bien bonita y a Hazel le gusto mucho, y ella una vez me envió una muñequita que ella habia hecho en sus clases de manualiades, la habia vestido de bailarina de ballet, mi muñequita tan linda, esta en mi mesa de noche.
Hace dos años, como en noviembre, Hazel me envió una plantita, me dijo, "vas a recibir una maceta, empieza a regarla apenas te llegue y verás", asi lo hice y a la semana empezaron a salir unas ramitas, que fueron creciendo y creciendo hasta que les salieron unas florecitas blancas de lo más lindas. Mis plantitas me duraron hasta casi Año Nuevo y murieron, asi que las corte y deje los bulbos en la tierra. Más o menos en marzo, en una de las llamadas que le hice a Hazel, me contó que tenia cancer y que le habian dado 3 meses de vida. Que no quiso que le dieran quimoterapia "porque ya tengo 91 años, y de algo tengo que morirme". La noticia me dió mucha tristeza, me dijo también que su hijo, que vive en Texas, queria que ella se mude allá con ellos, para poder cuidarla hasta que le llegue la hora. Me prometió que me iba a llamar para darme su nueva dirección de Texas. Pero nunca lo hizo, trate de llamar a su antiguo teléfono, pero me salió un mensaje diciendo que "ese número ya no estaba en servicio". En Junio del año pasado me llegó una nota del hijo de Hazel, avisandome la muerte de su madre. En ella me decia que "ella murió pacíficamente, rodeada del cariño de sus hijos".
Asi se me fué mi amiga Hazel, pero me dejó su plantita, que el sábado pasado encontré que le estan volviendo a salir las ramitas, asi que empece a regarla nuevamente y ya estan los tallitos grandes, un poquitito más y le estaran brotando las florecitas blancas. Gracias, querida Hazel, tu regalo se renueva cada año, ¡descansa en paz!
viernes, 3 de noviembre de 2017
Estoy vieja pero todavia estoy cuerda
Mi hija y mi nieto me dieron ayer un regalo que yo nunca solicité, un nuevo teléfono celular. Yo tengo mi telefonito celular desde hace más de 20 años, me lo compro mi hija cuando mis nietos estaban chiquitos y con el podia comunicarme con ella en cualquier emergencia que nos pasara en la calle. Yo tengo, digo tenía, un télefono super simple pequeñito, que sólo llama y contesta llamadas. Sólo lo prendia cuando salia, el resto del dia lo apagaba porque en mi casa hay otro teléfono de pared.
Pués bien, anoche me trajeron un telefono celular que no solo hace y recibe llamadas, también tiene Google, internet, cámara de fotos, etc, etc. Lo único que no hace es cocinar. Demás está decirles que me senti ofendida, no me pidieron permiso para hacer este cambio, me han tratado como si yo fuera una vieja decrepita que no sabe tomar decisiones por si misma, aún peor, que no merecia que le consulten algo que es importante para ella. Yo sé que mi hija y mi nieto me quieren mucho, pero no les perdono este “regalo”. Probablemente tenian muy buenas intenciones, pero me siento que no me han tenido respeto, si ahora que todavia tengo una cabeza bien puesta en mis hombros me tratan así ¿que sera el día que de verdad este cenil?
¿Porque les cuento esto? porque espero que quien lée esto y tiene hijos jovenes, le pasen el mensaje. Cuando uno es mayor, nos acostumbramos a nuestras cosas, les tenemos cariño. Por ejemplo, hace 40 años, cuando adopté a mi hija en Caracas compré una licuadora Oster, cuando ella termino de tomar formula en sus mamaderas, compraba una leche importada de Holanda (en esa época, se encontraba de todo en Venezuela) y con mi licuadora, le preparaba su leche, que era riquísima y la alimentaba manteniendomela sanita. También compré un extractor de jugo, Oster por supuesto, con el le hacia juguito de naranja a mi hija todos los dias. Todavia tengo mi licuadora y mi extractora de jugo, todavia las utilizo, y funcionan de lo más bien. Sólo que ya no son máquinas para mi, son parte de mis recuerdos, de la época más linda de mi vida, cuando empecé a criar a mi niña.
Igual era mi teléfono viejito, eran parte de cuando mis nietos eran chiquitos y salia de mi trabajo a recogerlos de la guarderia de niños para traerlos a la casa, bañarlos y darles de comer, mientras mi hija salia de la Universidad y se iba a trabajar en un restaurant hasta las 11 de la noche. Lo mismo me pasaba con mi carrito viejo que tuve 20 años, ya no era un carro, era un miembro de mi familia, y se hizo un nudo en mi corazón, cuando tuve que darlo de parte de pago, por otro carro usado, un poqito más nuevo que el mio, porque estaba gastando demasiada plata arreglandolo casi todos los meses.
Asi que les ruego que no crean que soy una malagradecida, lo único que hubiera querido es que me consulten primero, que me pregunten si me gustaría cambiar mi teléfono (les hubiera dicho, ¡no gracias, se los agradezco, pero no!).
Ahora estoy fregada con un aparato telefónico que no se ni como prender, mucho menos como funciona, y encima me siento un cero a la izquierda en la vida de mi hija y mis nietos, como que este no es buen dia para mi.
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