El padre Miguel (Cocol, como le decian en su casa) nacio el 13 de enero de 1891, en una familia de mineros mexicanos, fue el tercer hijo de 11 hijos. Miguel era un nino jugueton que siempre les estaba hacienda jugarretas a sus hermanos. Su hermana mayor era su hermana preferida y ambos eran muy unidos. Cuando su hermana decidio ingresar en un convento, el tambien empezo a pensar en una vida religiosa.
En 1911, a los 20 anos, ingreso en el seminario de los padres Jesuitas, sin embargo debido a nuevas regulaciones del gobierno de Plutarco Calles, los seminaritas Jesuitas tuvieron que mudarse a Los Gatos, en California donde vivio desde 1915 hasta 1919. Posteriormente viajo a Espana a proseguir sus estudios religiosos en Granada. De alli fue enviado a Nicaragua a ensenar hasta 1922.
Debido a una nueva constitucion que dio el gobierno en 1919, la Republica Mexicana, que le declaro la guerra a la Iglesia Catolica, los sacerdotes y monjas, no podian usar el habito en la calle. Cerraron las Iglesias porque no se podian celebrar actos religiosos en ellas. Asimismo, les quitaron el derecho al voto a todos los religiosos, y finalmente tambien les quitaron el derecho de comentar o decir algo en contra del gobierno y sus dirigentes. Parece mentira, pero esa resolucion de la Constitucion Mexicana fue anulada nada menos que en 1998.
El padre Pro se ordeno en Agosto 31, 1925. Su primera asignacion fue trabajar con los mineros de Charlerole en Belgica, era un tiempo donde el comunismo estaba de moda, pero a pesar de eso el padre Pro se hizo querer por los trabajadores, no solo por su entusiasmo y su sentido del humor, sino tambien por sus sermones.
En 1926 el padre Pro fue enviado de regreso a Mexico, donde la situacion era cada vez mas dificil. Con las Iglesias cerradas, los sacerdotes hacian misas en las casas de sus feligreses. Segun contaron sus allegados, el padre Pro se vestia de mendigo y salia en las noches a bautizar ninos y casar parejas. Cuando le tocaba visitar vecindarios de feligreses adinerados, el padre Pro se vestia con su mejor traje y se ponia una flor en la solapa. Contaron sus amigos, que una vez se disfrazo de policia, y tuvo la temeridad de entrar a una estacion de policia y escuchar confesiones de los presos que estaban esperando la pena de muerte, darles la comunion y bendecirlos con los ultimos ritos. Los policias nunca se dieron cuenta.
En un fallido de intento de asesinar a Plutarco Calle, la policia tomo prisioneros al padre Pro y a dos de sus hermanos, acusandolos de estar involucrados. Aparentemente alguien los acuso falsamente. Los tres fueron sentenciados a morir por fusilamiento. Mientras tanto, sus feligreses usando todos los contactos que tenian en el gobierno, con miembros que todavia simpatizaban con la Iglesia, pusieron una solicitud para demorar la ejecucion con un juez. Esta solicitud fue aprobada, sin embargo, para el padre Pro llego muy tarde, sus hermanos si se salvaron de ser fusilados. Antes de morir el padre Pro pidio un momento para rezar, se lo permitieron y el se arrodillo y rezo brevemente. Luego pidio que no le tapen los ojos. Finalmente parado frente al paredon, les dijo a los presente “Ustedes saben que soy inocente, los perdono y que Dios tenga piedad de ustedes. Cuando lo fusilaron, tenia en una mano un crucifijo y el la otra un rosario, entonces abriendo los brazos a manera de Cristo en la cruz, grito “Viva Cristo Rey” y cayo al suelo. Un soldado se le acerco y viendo que todavia respiraba, le tiro un balazo en la cabeza. Las autoridades habian hecho arreglos para que se tomaran fotografias del fusilamiento, para luego publicar las fotografias en los periodicos a manera de amendrentar a la poblacion de lo que les podia pasarles si se ellos tambien intentaban enfrentarse al gobierno.
El papa Juan Pablo II declaro Beato al padre Pro el 25 de setiembre de 1988.

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