sábado, 27 de junio de 2015

EL PLATILLO VOLADOR

Mientras estabamos internas, un verano tuvimos que quedarnos el verano en el colegio, solo eramos unas 15 chicas que al igual que nosotros no regresaron a casa esas vacaciones. Las monjitas eran lindas con nosotras, probablemente nos tenian pena que teniamos que pasar ese verano tan caluroso de Texas encerradas en el colegio, sin embargo nos hacian las vacaciones bien divertidas, primeramente no nos levantaban a las 7:00 de la manana sino a las 8:00 ya eso en si era bueno. Luego ibamos a misa y despues a desayunar. luego nos daban clases de ingles e historia universal. En estas clases de ingles, mis hermanas y yo salimos siendo "segun las monjas" muy inteligentes. Resulta que en nuestra casa siempre hablamos un castellano de grandes, nada de "baby talk". Asi que cuando las monjas nos daban "palabras dificiles", para nosotros eran super faciles, les doy un ejemplo, nos preguntaban que queria decir "matriculate" para nosotros matricular, "denounce" denunciar, "mausoleum", como veran todas estas palabras eran "dificiles" para los americanos de nuestra edad (14/15 anos), pero para nosotros eran palabras que ya conociamos en nuestro lenguaje diario y que se escriben casi igual en ingles y castellano. A mi me encantaban las clases de historia universal, aprendimos un monton de historia desde los Aztecas, los Egipcios, los Griegos, (no nos ensenaron nada de ls Incas, pero bueno, mis hermanas y yo si lo sabiamos, no asi nuestras otras companeras).

Luego de las clases almorzabamos y nos cambiabamos e ibamos a la piscina como hasta las 4 de la tarde, luego a banarse, a vestirse e ir a la bendicion y luego a comer y al salon de recreo a bailar o ver TV hasta las 9 de lo noche y a dormir. Aveces en lugar de ir a la piscina, nos ponian peliculas viejas para chicos, de la Pendillita, de Diana Durbin, de Sonja Heini, nos divertiamos viendolas. Si no hacia muchisimo calor haciamos pic-nics y llevamos a los jardines del colegio, canastas con pollo frito y ensalada de papas y un te helado riquisimo con bastante limon.

En ese verano, nos toco ir a vivir a un edifio donde, regularmente, vivian las chicas de college, pero como estaba vacio y era mas pequeno que los otros edificios nos pusieron a vivir alli. Pienso que tambien era mas facil para que las monjitas nos vigilaran. Una noche, super calurosa, horriblemente calurosa, me desperte y asome la cabeza por la ventana que estaba en la cabecera de mi cama y vi un platillo volador que daba vueltas y al dar las vueltas cambiaba de color, y emitia un sonido super chillon que me hacia doler los oidos. Me acuerdo que lo vi y me volvi a dormir.

Al dia siguiente, le conte a mi hermana Mali, las dos estabamos en el mismo cuarto, y le dije, "anoche he tenido un sueno super raro, sone que habia visto un platillo volador frente a nuestra ventana" y mi hermana Mali termino mi narracion diciendome, "y daba vueltas y cambiaba de color y sonaba bien feo como un pito que al escucharlo te dolian los oidos?" si, asi era. Y luego, pensandolo bien, le pregunte tu tambien lo viste? Si yo tambien lo vi, me contesto. No puede ser hermana, le dije, las dos no podemos haber tenido el mismo sueno! Pero y si no fue un sueno y fue de verdad lo que vimos?Es que nosotras solas lo vimos y no las otras chicas? Vamos a preguntarles. En el desayuno preguntamos y nadie habia visto nada, nos tomaron el pelo de que estabamos locas y se reian.

Han pasado cincuenta anos desde ese dia que vimos el platillo y hasta ahora no sabemos si fue un sueno colectivo o si verdaremanete lo vimos. por otro lado, nuestro colegio estaba rodeado de jardines, pero no muy lejos habian casas y un supermercado y otras tiendas, como es que ellos no lo vieron?

sábado, 13 de junio de 2015

MARCADAS DE POR VIDA

Era el no 1947, mi mamá se puso muy enferma y el médico le recomendó mucho descanso, la pobre tenia la casa llena con un esposo, un hijo de 13 años y tres hijas de 7, 5-1/2 y 3 años. Entonces mis padres tuvieron que tomar la drástica decisión de enviarnos a mi hermana Mali y a mi a Chosica al internado del Colegio Beata Imelda. Llegaron a esta conclusión debido a que mi hermano ya era un adolecente y no daba mayores problemas, y también porque mi hermana Elsa , la más chiquita era la que más necesitaba la presencia de mi mamá. Asi que a Mali y mi nos empacaron para el internado.

Recuerdo que fué un domingo que nos llevaron al colegio, mi papá y don Roberto que era nuestro chofer, quien fué para mi padre un buen amigo y para nosotros como un tio muy querido.) Mi hermana Mali y yo ibamos asustadas, en el asiento de atras, apretando nuestra maleta de colegio vacia, mi padre y don Roberto adelante. Mi papa puso el radio para escuchar el partido de futbol, desde ese dia esa fue nuestra rutina del fin de semana, nos recogian los sabados a medio dia y nos traian de vuelta al colegio los domingos en la tarde, y siempre con el partido de futbol oyendose en la radio.

Demas esta contarles que cuando escucho un partido de futbol en la radio, me regreso a cuando tenia 7 años cuando nos llevaban al internado, y recuerdo la tristeza que me daba cuando me despedia de mi mamá.

Llegamos al colegio, Mali y yo de la manito, asustadas, las monjitas nos recibieron y le aseguraron a mi papa que todo iria bien, que estariamos bien cuidaditas. Besitos a papa y chau a el y a don Roberto.

Para el miercoles mi madre estaba desesperada, le rogo a mi papá que la lleve a ver a sus hijas, que “deben de estar desoladas sin nosotros”. Asi que papá ese dia salio de la oficina temprano y fueron a vernos al internado. Cuando ellos llegaron al colegio, las monjitas les hicieron pasar y esperar en la sala, dice mi mamá que ella estaba super emocionada de que iba a vernos. Cuando por fin llegamos, estabamos todas coloradas de tanto corretear, probablemente estuvimos jugando en el patio. La cosa es que al entrar mi hermana Mali pregunto “para que han venido? Al escuchar esta pregunta mi mamá se puso a llorar, ella que se estaba muriendo por vernos, pensando que estabamos extrañandoles y nosotros felices como las lombrices. Mi papa decia que la mejor prueba de que estabamos bien fue esa pregunta. Bueno, nuestros padres nos vieron, nos abrazaron y nos dijeron cuanto nos querian y se fueron, y nosotras problablemente nos fuimos a jugar nuevamente.

En uno de esos domingos en que regresabamos al colegio, estabamos todas en un salon que se llenaba a medida que llegabamos las internas. Alli nos ponian a leer bajo la vigilancia de una de las monjitas. Entraron dos hermanas, Julia y Maria y nos hicieron señas para que veamos algo que habian traido. Eran unos lapiceros de tinta seca. En ese tiempo, escribiamos con una pluma que mojabamos en un tinterito colocado en la parte delantera de nuestra carpeta. Asi que al ver ese milagro de la tecnica norteamericana, todas nos quedamos maravilladas. “Mi papá nos acaba de treaer estos lapiceros de los Estados Unidos”, dijo una de ellas. A ver, prestame uno para verlo dijo alguien, (todo esto lo deciamos super quedito para que la monjita no se diera cuenta). Te lo presto pero no te pintes la piel porque dice mi papa que esta tinta seca no sale nunca y puedes quedarte marcada hasta que te mueras. Alerta, alerta, pinta para siempre? Esa fueron las palabras clave para que la primera que agarro uno de los lapiceros se pintara un dibujo en la mano. Cando me llego mi turno de “apreciar” el lapicero, me subí la falda del uniforme y me pinte una flor en la rodilla. Entonces, vi que una de las hermanas pedia permiso para ir al baño, y otra chica la siguió, la monjia estaria cansada o distraida, la cosa es que al ratito salió otra y otra y yo tambien.

En el baño encontre a las chicas todas pintadas, pero no en la mano, ni en la rodilla, la pintadera de los “tatuajes” habia subido a la cara. Viendo a mis amigas todas pintadas, pues yo tambián me pinte. Mi mami nos contaba el cuento de María Estrella, era un cuento al estilo Ceniciena, sólo que el hada madrina de María, le concede el regalo de una estrella en la frente. Asi que acordandome del cuento me dibuje una estrella en la frente que, como no sabia dibujar estrellas me salio horrible.

Estabamos en plena pintadera de “tatuajes” que no nos dimos cuenta que la monjita habia entrado y nos gritaba ¿“que estan haciendo, quien les dio permiso para salirse del salon? Luego de estas preguntas, recien se percató que todas estabamos pintadas con la tinta seca, “a lavarse la cara de inmediato”, asi lo hicimos, (sólo para disimular, porque todas sabiamos que estabamos marcadas de por vida).

Por supuesto la tinta no salió, entonces la monjita fue a traer a otra monjita, esta última trajo sapolio y unas toallitas, nos rasquetearon duro hasta que gritabamos de dolor, todo en vano, no salieron nuestros tatuajes. Sonó la campana del angelus y regresamos al salon a rezar y luego fuimos al comedor para la comida.

Después de la comida fuimos a bañarnos, como eramos pequeñas, unas chicas empleadas del colegio, nos bañaban, por supuesto ellas tambien trataron de sacarnos los “tatuajes” y tampoco pudieron. Al otro dia en el desayuno, las chicas grandes se burlaron de nosotras, La burla fué peor en nuestra clase, con nuestras compañeras externas. Tomo como 3 a 4 dias hasta que poco a poco salieron nuestros “tatuajes”.