Todos los dias despues que me tomo mi desayuno, me salgo a caminar por alrededor de la cuadra de mi casa, ayer vi en las afueras de una casa, que esta vacia, un piano viejo, todo sucio de polvo y de abandono, asi que lo abri y toque sus teclas amarillentas, tenia un buen sonido, me quede un ratito mirándolo, pensando que un dia fue nuevo y cuando lo trajeron a esa casa, quizas la familia lo puso en la sala orgullosos de haber comprado un piano, y en el aprendieron a tocar piano los chicos de la casa. A medida que pasaron los años, ya nadie de la familia tocaba piano, el tocadiscos y le TV ahora eran los reyes de la sala, asi que al pobre piano, lo metieron en el garaje, donde ha debido estar muchos años mudo de su musica y la compañia de alguien que lo toque. Ahora que la familia se mudó, lo tiraron en la calle para que lo recogiera el camión de la basura. Hoy volví a pasar por esa casa vacia, y el pobre piano viejo estaba en el suelo patas arriba, seguro unos muchachos se quisieron hacer los chistosos y lo tiraron al suelo. Quise pararlo, pero mis casi 84 años de vida que me han dado madurez a cambio de mi fuerza bruta, no me dejaron levantarlo.
Asi que sentada hoy, en mi sofa de mi habitación, he pensado en cuanta similitud tienen los pianos viejos con las personas, A cuantos viejos no los llevan a los asilos porque sus familiares no los pueden cuidar,o no los cuidan, porque hacerlo interrumpe sus vidas diarias, y asi terminan los viejos abandonados en un asilo como si fueran unos pianos viejos, rodeados de extraños, que muchas veces tampoco los cuidan bien. Y asi se pasan los dias, meses y quizas años, hasta que se mueren, quizás no pero ser viejos, sino por soledad y abandono. Y como a los pianos viejos, que los recoge el camión de la basura,a los viejos los vienen a recoger para llevarlos al cementerio.