sábado, 27 de enero de 2018

El ministerio de la soledad


Ayer leí un artículo super interesante en el “Los Angeles Times”, se trata de que en Inglaterra han creado un nuevo ministerio, el “Ministerio de la Soledad”. Aparentemente hay 9 millones de personas de la tercera edad en ese país que sufren de una soledad crónica que afecta su salud y los hace sentirse aislados. Por esta razón, el gobierno inglés se ha visto forzado a crear éste Ministerio para arreglar esta situación.

Según la Primer Ministro de Inglaterra Theresa May “la vida moderna tiene la triste realidad de que exista un grupo de gente solitaria”. Por lo pronto, es un reto para la sociedad y, que según ella, “nos toca a todos nosotros tomar acción contra la soledad que acosa a éstos ancianos, a la gente que los cuida y a otras personas que han perdido a sus seres queridos, gente que no tienen con quien hablar ó intercambiar sus pensamientos y experiencias”. Esta campaña contra la soledad es la primera en el mundo en atacar este grave problema. Más de mitad de la población de Inglaterra es mayor de 75 años. Y más de medio millón de personas viven solas, y pasan semanas sin hablarle a nadie.

Este mismo problema también está pasando en los Estados Unidos. La oficina de Salud de los Retirados, encontró que el 28% de los norteamericanos retirados sufren de una soledad crónica. La soledad no solo afecta la vida emocional del individuo, sino que causa alta presión, problemas del corazón y hasta demencia. Según un estudio realizado por esa institución, la gente solitaria sufre de altos niveles de inflamación crónica, lo que los hace vulnerables a una serie de problemas de salud. Comparados con la gente que tiene una vida social activa, los solitarios son más propensos a declinar más rápidamente y más del 50% muere prematuramente.

No es sorprendente, entonces, saber que la soledad aumenta las depresiones, que hacen que las personas que las sufren, pierdan su interés de cuidar de su persona. Este ciclo vicioso convierte la soledad en la causa de todos los males.

El programa inglés, es ahora hacer que las personas de la tercera edad, visiten escuelas, casas de cuidado diario de infantes, y también grupos de familias jovenes, en los cuales podran invertir su tiempo entreteniendose con los los niños, contarles cuentos, ayudar a los padres jovenes, etc. involucrarse en la vida de estas familias y niños y encontrar una forma de sentirse parte de un grupo de personas que los aprecia y les brindad amistad.

Al leer ésto, me hizo pensar lo vulnerable que somos los seres humanos, nos necesitamos el uno y el otro para sobrevivir, aunque sea conversando un ratito, reirnos con alguien que nos entienda. Que powuito pedimos y que pquito recibimos, sobretodo cuando somos viejos.

Cuando yo llegue a Caracas, no lo sabia, pero me estaban esperando la soledad y su intima amiga la tristeza, pero esa es otra historia que se las conté en mis memorias bajo el nombre “Como termine viviendo en Caracas”.

martes, 23 de enero de 2018

Hoy me gradué de vieja


A pesar que ya tengo 78 años, no me he sentido vieja hasta hoy. Quizas sean los genes de mi madre, que en marzo cumple 103 años, pero me siento joven todavia, no tengo reuma, no tengo ningún problema de salud, camino bien y puedo correr. Me operaron las catarátas de los ojos, asi que, ahora, le veo hasta la ropa interior a una mosca. Tengo la cabeza llena de canas (no veo las horas de tener mi cabeza completamente blanca porque las abuelas deben de tener la cabeza blanca, pienso yo). Me estan saliendo manchas marrones en mis manos, tengo una en mi mano izquiera y 3 en la derecha. Igualmente, tengo una mancha marrón en la mejilla y otra arriba de una ceja. No me importa, puedo vivir con ellas. Además, es algo que se arregla con un poquito de maquillaje.

Como tiro para gordita, no tengo mayores arrugas en la cara, sin embargo, tengo el cuello un poquito arrugado (medallas a la sobreviviencia, digo yo). Si sigo así, tendré que comprarme chompas de cuello de tortuga para taparme el “cuellito de pavo”, como hacia Katherine Hepburn cuando empezó a ponerse vieja.

Veo mis fotografías de cuando era jovencita, de cuando volaba, y me parece que soy otra persona. En realidad, era otra persona, no tenia mucha experiencia de la vida, lo único que tenia eran mis ganas de ver el mundo, mis convicciones religiosas, el amor a mi familia y creo que eso es todo. Han pasado muchos años desde ese tiempo, las tempestades que nos dá la vida, no sólo me han movido, como una gitana, de un sitio a otro, mis de decepciones amorosas, me quisieron romper mi alegria de vivir pero no pudieron (no sabian que soy más terca que un burro) ¡jaja! Y asi he ido viviendo año tras año, poniéndome vieja sin sentirlo mucho, y gracias a Dios sin problemas de salud. Ya casi me habia olvidado que estaba envejeciendo, hasta esta mañana que me atoré tomando mi desayuno y tosí y (horror) me hice la pipi en el calzón. ¡Conchale, ahora si que me siento vieja!