martes, 15 de diciembre de 2015

La Celosa

Cuando vivia en Caracas, conocí, por teléfono, a mi amiga Cynthia, ella trabajaba para una compañía norteamericana cuyos dueños eran los socios de mi jefe y también eran miembros de nuestra Junta Directiva, asi que cuando alguno de sus jefes queria hablar con mi jefe, o viceversa, terminabamos llamandonos y conversando antes de pasarle la llamada a nuestros jefes.
Cynthia era peruana, su casa en Miraflores estaba a escasamente a unas cuadras de la mia, sin embargo, no nos llegamos a conocer hasta que ambas viviamos en Caracas.

Me contó Cynthia que se habia casado en Lima con un medico, tenia 18 años cuando se caso y su flamante esposo consiguio un contrato para trabajar en un hospital en Louisville, Kentucky y alli se fueron. Al principio todo iba bien, pero luego de 3 hijos (un chico y dos chicas) el se veia cada dia más dedicado a su trabajo y ella se encontraba cada día más sóla criando a sus hijos como si fuera una mamá soltera. Asi que ella no aguanto más y le pidio que le dedicara más tiempo a su familia, el se lo prometio pero nunca lo hizo, asi que ella le pidio el divorcio. Después de todo sus hijos ya empezaban a ser adolecentes.

Al parecer el divorcio hizo el milagro que el ex-marido le dedicara más tiempo a sus hijos, pero ya era muy tarde para ellos como pareja.
Un dia ella y dos amigas peruanas salieron a celebrar el cumpleaños de una de ellas y fueron a un restaurant a cenar. Se encontraban en plena charla tomandose un vinito y vieron a tres hombres entrar al bar, uno de ellos (que era guapisimo según ella) se quedo parado junta a la mesa de ellas que estaban conversando en castellano y les dijo “perdonenme que las interrumpa, pero al escucharles hablar en castellano ha sido como un regalo del cielo para mis oidos. Hace tanto tiempo que no escucho el castellano, ¿puedo sentarme un ratito con ustedes? Al verlo tan guapo las tres dijeron si como no, y el se les presentó, les dijo que estaba sacando un master en la Universidad y que era venezolano, de Caracas.
Según mi amiga, fue amor a primera vista para ambos, desde ese dia no se separaron más nunca. Cuando terminó su master, lo primero que el le dijo a Cynthia fue,” tengo que regresar a Caracas, pero no quiero irme sin ti, quieres casarte conmigo?” Y se casaron, sus hijos no quisieron ir a Venezuela y decidieron quedarse con su papá.

Cuando hable con Cynthia la primera vez, ella ya tenia dos hijitos con su esposo venezolano, una niñita de 4 años y un chiquito de 2. Tenia la ventaja de tener una cocinera y una ama para sus hijos, asi que se metio a trabajar para no aburrirse. Vivia en un apartamento en Prados del Este y su trabajo estaba en un edificio frente al suyo, asi que sólo cruzaba la calle y estaba en su oficina.

Un sábado me invito a almorzar con ellos y asi conoci personalmente a Cynthia, a su esposo y a sus hijitos. Ambos, ella y el, eran super guapos hacian una pareja increiblemente bella. Como yo vivia en la Urbanizacion Santa Fe, que queda bien cerca de Prados del Este, cada vez que podiamos Cynthia y yo nos juntabamos y hablabamos hasta por los codos, ella me contaba de su mami y de su hermano que vivian en su casa de Miraflores y también de sus hijos y yo le contaba como me iba amoldando a vivir sola y cuanto extrañaba a mi familia y mi casa de Lima.

Una tarde cuando yo acababa de salir de mi trabajo, vino mi amiga a verme y a rogarme que la acompañe, porque tenia la sospecha que su marido iba a ver a una mujer, con la excusa de que se iba al club a jugar tenis. “Cynthia, le dije, no seas celosa y tenle confianza a tu esposo”, me dijo “es que como es tan guapo todas las mujeres se le tiran encima". Por favor acompañame que mi marido ya salio para el club y quiero constatar que esta allá jugando tenis como me dijo. Asi que acepte y fuimos a su carro, pero ese no era su carro, era un Volkswagen amarillo, le pregunte “te has comprador un carro nuevo?” No, me contesto, he tenido que alquilar este para que mi marido no se de cuenta que lo estoy espiando”.

Y fuimos al club y en el estacionamiento no estaba su carro. “Ves, me dijo, seguro esta con alguna tipa por eso no esta acá. Entonces vimos que el carro de su marido recien llegaba al estacionmiento, nos metimos al VW de inmediato y vimos que del carro de su marido salian el y un amigo, traian un maletín de deportes y su raqueta de tenis cada uno. Le dije “Amiga se ha demorado porque fue a buscar a su amigo, que mal pensada eres.” Y nos quedamos a verlos jugar, DOS HORAS. Por fin terminaron de jugar y pienso que se fueron a bañar porque salieron bien peinaditos con el pelo mojado.

Prendieron el carro y se fueron y, nosotras detrás de ellos dejando una distancia bastante discreta. Los perseguimos hasta una cafetería por Chacaito, y esperamos que comieran algo, luego salieron y el marido de mi amiga llevo a su amigo a su casa. Entonces dijo Cynthia, “te apuesto que ahora si se va a ver con una mujer, ¿porque crees que se ha bañado y se ha puesto guapo?” . Ay amiga, le dije, “eres horrible”!

Entonces vimos que su marido tomaba la autopista hacia Prados del Este. Cynthia, le dije, “ tu marido esta yendose a su casa”, entonces, Cynthia agarró viada, lo pasá, y rapidito me dejo en mi casa, y se fue volando para su casa, para que cuando el llegara, la encontrara en su casa en pijama con sus hijitos durmiendo.

Cuando dejé Caracas mi amiga Cynthia y su familia, se habia mudado a un apartamento de lujo en Los Caobos, sus hijitos ya eran adolecentes y sus hijos de Kentucky habian ido a visitarla, y eran unos jovenes profesionales, de los cuales mi amiga estaba super orgullosa. Cynthia y su esposo seguian enamorados y como siempre, hacian una pareja de super guapos.